sábado, 29 de diciembre de 2012

COSAS DE DOS


"El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos" (Oscar Wilde)

Cuando se trata de Mayte Martin no soy neutral, es algo que saben todos los que me conocen. Ya he dicho muchas veces que, para mí, Mayte es punto y aparte. Que con su voz es capaz de escribir poesía y que su entrega en cada interpretación es infinita, sin importar si se trata de un fandango, un verso de Manuel Alcántara o, como de lo que me ocupa ahora, de un bolero.

Hace  unos meses Mayte nos contó su proyecto de grabar un disco de boleros, (el segundo tras Free Boleros junto a Tete Montoliú) hacerlo en directo y sin discográfica de por medio.  Para financiarlo quería contar con la ayuda y el mecenazgo de sus propios seguidores. Yo no lo dudé un instante y apoyé la iniciativa desde el primer momento. Aún sin saber como sería el disco, tenía la certeza de que, conociendo a Mayte, merecería la pena. Afortunadamente fuimos bastantes los que pensamos lo mismo y el disco es hoy una realidad. Me quedará siempre la espina de no haber podido estar presente en los conciertos en que se grabó, pero como dijo aquel: lo que no puede ser, no puede ser y además…

En cualquier caso, como recompensa, hace unos días llegó a mis manos el ejemplar del deseado “Cosas de dos”. Lo he escuchado varias veces desde entonces, de echo lo escuchó de nuevo mientras escribo esto y, cada vez que lo hago, siento como mi interior es  estrujado sin misericordia. Como vuelo a los años de mi infancia, como vuelvo a la ilusión que provoca la mirada cómplice de la persona que quieres cuando te  dice algo que solo ella y tu comprendéis y que no necesita palabras para ser expresado. Como siento la angustia de ausencias irreparables y el dolor y la alegría de los recuerdos.  

No trataré de hacer un recorrido  por todos los temas (catorce maravillas) del disco, pero hay cosas que no puedo dejar de mencionar. Arranca con una versión de “Espérame en el cielo” canción que nunca me cansé de escuchar en aquella cinta de Antonio Machín que tanto gustaba a mi madre, principal culpable de mi afición musical  y a la que cada día echo más de menos. Ese recuerdo, tan lejano como bonito, me hace reafirmarme en que la música es, sin duda, uno de los vínculos más poderosos con los que están a nuestro alrededor pero sobre todo con los que, un día, estuvieron a nuestro lado.

“Piensa en mí”  y “Yo lo comprendo” dan paso a una estremecedora “Regálame esta noche” donde el desgarro de una frase se transforma en una de las más maravillosas declaraciones de amor que he escuchado: "Regálame esta noche, retrásame la muerte". Tremendo.

“En un rincón del alma” (otra vez mi madre) y “Me perdonas” nos llevan a un “No sé tú" en el que, inconmensurable, Mayte se rompe en una interpretación plena de sentimiento. Y el estruendo de esa explosión impide oír como el alma te ha saltado hecha añicos y te afanas  de forma inútil en recomponerla.  Afortunadamente la intimidad de “Hacia dónde…?” y la cadencia de “Palabras” te dejan tomar aire y recuperar mínimamente la compostura. Pero no hay tregua, y con “Somos”, Mayte te retuerce de nuevo permitiéndote comprobar que, escuchando está versión y la de “Free Boleros”, el paso del tiempo solo ha servido para mejorar la añada, que ahora tiene mas  matices y mucho más intensos.

Tras “Sabrá Dios” y “Por si te quedas”  llegamos a “Lía”  y creo que el mejor elogio que puedo hacer es que, al escucharla, no me he acordado de Ana Belén.  No quiero malas interpretaciones, Ana Belén borda esa canción, por eso precisamente me parece que es un gran logro que la versión de Mayte, mucho más pausada, más íntima, diferente,  consiga que no nos detengamos a comparar.  Y para finalizar una despedida llena de ritmo, vitalidad y alegría  con un ”Piel Canela” que te pone de pie y te inyecta la energía necesaria tras el intenso camino recorrido.

En definitiva, un viaje sin retorno a los sentimientos, en el que en contra de lo que pudiera suponerse no hay un ápice de sensiblería. No, Mayte te abre en canal sin florituras,  con el estilete de su entrega y su verdad. Por eso al escucharla, uno entiende perfectamente a don Manuel de Falla  cuando dijo:  "Error funesto es decir que hay que comprender la música para gozar de ella. La música no se hace, ni debe jamás hacerse para que se comprenda, sino para que se sienta."

Eso es lo que tú haces Mayte y te doy las gracias por dejarme ser parte de ello. Otra vez.

P.D. quien quiera comprar el disco puede hacerlo escribiendo a:  cosasdedos@maytemartin.com    
De verdad, merece la pena.

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